Soitu dice adiós


El 27 de Octubre el medio online dirigido por Gumersindo Lafuente publicaba un artículo con las razones que han llevado a su cierre tras casi dos años en Internet.

Se habla de razones ecónomicas pero es hora de replantear todas las nociones del periodismo digital para construir unos principios básicos que puedan asegurar la supervivencia de los medios de información en la maraña de la red.

Preocupados por la posible quiebra de importantes diarios impresos, los profesionales de la comunicación mediática no podrían haber vaticinado hace 22 meses el punto y final del proyecto de Gumersindo Lafuente. La idea de Soitu estaba basada en y para Internet y se ha ido al traste, entre otras razones, debido a un corte de suministro financiero. El propio medio, en un artículo llamado "Hasta la vista y gracias", agradece al BBVA, su accionista principal, la posibilidad que les ha brindado y añade “a pesar de que en los últimos meses no hayamos sabido convencerles de que los proyectos que nacen en sectores inmaduros y crecen en momentos de turbulencias necesitan paciencia para encontrar su sitio.”

“Hemos rozado con la punta de los dedos lo que será el futuro del oficio en Internet” declaraba el propio Lafuente el pasado martes en El País.es . Éste es el cierre de uno de los primeros diarios destinados exclusivamente a sobrevivir en la red. Ese extraño ecosistema donde las especies más experimentadas sobreviven por una razón que desconocen, mientras el resto se pregunta que razones serán esas. El problema ha sido, según Lafuente, que "no hemos conseguido la complicidad ni la paciencia de los que podrían habernos dado oxígeno para sobrevivir". Pero tiene que haber más razones cuando hablamos de una página web con más de un millón de usuarios únicos mensuales. "El problema es que la publicidad se ha derrumbado. Teníamos, pero a precios imposibles" sostiene Lafuente.

Bitácoras.com en un artículo colectivo de ABC.es titulado con gran acierto “Réquiem por un ejemplo de creatividad“ decía “Que la noticia más leída en la historia de una publicación online sea la de su propio cierre es revelador.” Según menciona más abajo, el diario nunca fue sensacionalista o amarillista y sentencia “Por eso ha muerto; por eso lo hemos matado.” Antonio Cambronero, por su parte, señalaba en el mismo artículo “me entristece ver a un medio como éste desaparecer.”

La gran apuesta multicolor para la red se desvanece al parecer por una crisis cada día más válida para intentar convencer de lo incomprensible. Para tratar de imponerse “como una instancia legítima de legitimación”, como escribía Bourdieu al hablar de los índices de audiencia en el mundo de la televisión. La red no es diferente, los números lo marcan todo. Pero parece que más de 1 millón de usuarios únicos diarios y un promedio diario de 42.000 lectores no son suficientes para mantener un proyecto mediático. Entonces...¿Qué se necesita? Si todo son cifras, soitu.es tendría que haber funcionado mejor que a ADN.es, diario que también fracasó tras dos años en activo. A lo mejor, los números no cifran el éxito. O al menos, los números que escapan a las cuentas corrientes. Por este motivo es hora de partir de cero, de replantearse la gestión en Internet de la información y de unificar criterios y fuerzas por parte de los principales grupos mediáticos para dar con la fórmula, sino mágica, si efectiva. El propio Murdoch, pionero de instaurar el pago del "Wall Street Journal" en la red, aseguraba en la Cumbre Mundial de Medios de Pekín que "Debe pagarse por la información de calidad. Es un concepto equivocado pensar que debe ser gratis". Hay que avanzar en esa línea, pero para poder romper la baraja de la información gratuita es indispensable que haya unidad, uniformidad y calidad, como valores aptos para poder llegar a legitimar algún tipo de pago por acceso a la información.

Según publica el diario de Alfonso Rojo, Periodista Digital, “La crisis de anunciantes ha sido letal. Lafuente no ha dudado en peinar el mercado inversor en busca de un salvavidas financiero. Contactó a Vocento pero le dieron calabazas. Su suerte estaba echada.”

Esperamos desde MeridianoCero que medios como éste que nos deja esta semana, sean más justamente tratados por un mercado cada vez más carnívoro, cada día más implacable, cada hora más temible.



Amel Fernández



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